Largas filas para entrar al paseo nocturno en Chapultepec (Galería de fotos)
Noviembre es motivo de paseo y guateque en la Ciudad de México. El 1 y 2 de noviembre son días para estar en familia o con amigos, disfrazados, calavereando o realizando alguna de las actividades culturales que preparan instituciones y colectivos. Este año se reanudaron muchas actividades artísticas y culturales que quedaron pausadas debido a la pandemia.
Tras un año de espera y un sin fin de cambios de semáforo epidemiológico llega con muchos inconvenientes el esperado «paseo nocturno en el Bosque de Chapultepec». Visitamos el día 31 de octubre el paseo nocturno para darte una reseña de nuestra visita por el lugar.
El paseo lleva por nombre “Recorrido hacia la Teopankali” se realiza en el Bosque de Chapultepec y tiene una extensión de 1.3 km. Se llevará a cabo del 31 de octubre al 2 de noviembre en un horario de 19 a 22 horas. La indicación es formarse desde las 17 horas es de acceso gratuito.
Crónica de una fila interminable
La expectativa era alta, al grado que en su primer día de inauguración la entrada de la puerta de los leones se abarroto de familias completas. Poco antes las 5pm comenzaron a crecer las filas, para las seis de la tarde ya había un circuito en zigzag de personas que esperábamos entrar al paseo nocturno. Apenas eran las 7 pm y la cantidad de personas afuera ya era incontrolable y así abrieron las puertas del recinto.
La verdad, por la cantidad de personas afuera, creímos que nos dejarían pasar desde las 6:30 pm que ya se había oscurecido. Era cosa de prudencia, pero la mala organización nos hizo esperar hasta las siete en punto. Para entonces ya se habían metido un montón de personas en la fila y es que esas filas eran de: «O te pones trucha o se te meten 10 al frente» y así empezó el descontrol y los abucheos. Los polis poco podían hacer y en su desesperación nos empezaron a gritonear que nos formáramos bien porque se estaban metiendo. Hasta eso nos divertíamos un poco con el arguende, todo era risa hasta que te tocaba que se metieran en la fila.
En fin. Llegamos a la entrada en punto de las ocho de la noche y para entonces nos sorprendíamos de lo mucho que habían esperado las familias en la fila, porque ahora sí, ni un vendedor ambulante para calmar la sed. O ya de perdis una paleta dulce para la ansiedad. La espera se hizo eterna, pero llegabas a la fachada y pensabas: «Parece que todo habrá valido la pena, se ve cool» o decepción.
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Según 1.3 kilómetros de paseo nocturno
En la entrada todo bien, un bello videomaping para iniciar; así comenzaron las selfies y el desestrés de la fila. Después de 2 horas de invasión al espacio vital, que llegará la sana distancia era algo bueno. Adelante había una catrina y un paseo de candelabros muy bonitos, sencillo, pero bonito. Todo muy instagrameable. El monumento a los Niños Héroes se iluminaba de colores y había un tapete de aserrín. También algunas piezas de cartonería en bicicleta.
Apenas 500 metros de luz y algo de actividad cuando te toca recorrer un triste pasillo super oscuro de otros 500 metros donde no hay nada. Bueno sí hay, cada 10 metros hay uno que otro comerciante vendiendo algo de comer (se agradece luego de tanto tiempo en la fila viendo espaldas). Caminas y caminas y nada, a lo lejos se ve un cuadro de luz. A la altura del lago hay algo así como un altar con cempasúchil y unos marcos de medio circulo que simulan ser ofrendas, en donde te tomas fotos. Ahí amablemente las personas de chaleco verde te ayudan a tomar la foto y te invitan a participar en la dinámica de llevar una fotografía de tus difuntitos para colocarlas ahí…
Lo más destacable es el escenario que esta al centro del lago donde hay música folclórica en vivo y el escenario quedó tan bien iluminado que se ve espectacular. Lo malo es que el show no es continuo apenas dura dos pistas toman un receso de varios minutos y vuelven por otras dos pistas.
No hay más, ahí termina el recorrido. Bueno solo viene otro sendero de vendimia rumbo a la salida y ahora sí, eso es todo.
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Lo bueno, lo malo y lo equis del paseo
Entre las cosas buenas de este recorrido es mirar que las personas realmente quieren salir a participar en las actividades culturales de la Ciudad de México; en parte esta bien reactivar la vida cultural tan golpeada en nuestro país, no solo por la pandemia, también por los recortes y un sin fin de cositas que amedrentan el desarrollo de actividades artísticas.
Lo malo, de la gestión de este proyecto, es la mala organización en la entrada y en el recorrido, bien se pudo haber acortado el recorrido para que se viera abundante y no chafón. En general una mala planeación en el acceso que hace que salga la irresponsabilidad de las personas, se genero tal ansiedad que las filas se rompieron poco antes de que cerrarán las puertas de acceso, sin mencionar que las medidas de seguridad no fueron las adecuadas.
De alguna forma se comprende ya que la planeación de estos proyectos suelen llevar más tiempo de organización. Sin embargo, este 2021 se realizaron a las carreras para cumplir con las actividades al aire libre y comenzar la reinserción de la sociedad a los grandes festivales públicos. Sin dudad se pudo haber controlado mejor el acceso. Sinceramente no era necesario convocar a la gente a formarse desde las 5 pm.
Lo equis es todo el recorrido, en un largo tramo no hay nada y en general hay muy pocos elementos. Se notó la improvisación. De alguna forma el recorrido decepcionó tanto que parecía una tomada de pelo, esperamos que el siguiente año sea mucho mejor. ¿Fuiste? ¿Qué te pareció? Compártenos tu opinión en @Difusionarmx